Examples of using "Pharaoh" in a sentence and their spanish translations:
La vieron los oficiales del faraón, que se la ponderaron, y la mujer fue llevada al palacio del faraón.
Fue construido por el rey de la época, por lo que Faraón
Moisés y Aarón salieron de casa del faraón y Moisés invocó a Yahvé para que apartara las ranas que afligían al faraón.
Presentáronse, pues, Moisés y Aarón al faraón, e hicieron lo que Yahvé había ordenado: Aarón tiró su cayado delante del faraón y de sus servidores, y se convirtió en serpiente.
Moisés tenía ochenta años, y Aarón ochenta y tres cuando hablaron al faraón.
Pero Yahvé hirió al faraón y a su casa con grandes plagas por lo de Saray, la mujer de Abrán.
Yahvé dijo a Moisés y a Aarón: "Cuando el faraón os pida algún prodigio, dirás a Aarón: "Toma tu cayado y tíralo delante del faraón, y se convertirá en serpiente."
Entonces llamó el faraón a Moisés y a Aarón y les dijo: "Id y ofreced sacrificios a vuestro Dios en este país."
Salió, pues, Moisés de la presencia del faraón, y rogó a Yahvé. Yahvé hizo lo que Moisés pedía, y alejó los tábanos del faraón, de sus siervos y de su pueblo: no quedó ni uno.
Y el faraón ordenó a unos cuantos hombres que le despidieran con su mujer y todo lo suyo.
Pero como viera el faraón que le daban un respiro, se obstinó y no les hizo caso, tal como había predicho Yahvé.
El faraón pensará que los israelitas andan errantes por el país y que el desierto les cierra el paso.
Entonces, la hija del faraó bajó a bañarse en el Río, mientras sus doncellas se paseaban por la orilla del Río.
Entonces los inspectores israelitas fueron a quejarse al faraón y le dijeron: "¿Por qué tratas así a tus siervos?"
Yahvé dijo a Moisés: "El faraón no os hará caso, para que se multipliquen mis prodigios en el país de Egipto."
"Ahora, pues, ve: yo te envío al faraón para que saques a mi pueblo, los israelitas, de Egipto."
Y fueron corriendo al encuentro de Moisés y Aaron, que les estaban esperando a la salida del palacio del faraón, y les dijeron: "Que Yahvé os examine y os juzgue. Nos habéis hecho odiosos al faraón y a sus siervos y habéis puesto la espada en sus manos para matarnos."
Entonces, les impusieron capataces para oprimirlos con duros trabajos; y así edificaron para el faraón las ciudades de depósito: Pitom y Ramsés.
Moisés dijo a Dios: "¿Quién soy yo para ir al faraón y sacar de Egipto a los israelitas?"
Contestó el faraón: "Yo os dejaré partir, para que ofrezcáis en el desierto sacrificios a Yahvé, vuestro Dios, con tal que no vayáis demasiado lejos. Rogad por mí."
Y los egipcios sabrán que yo soy Yahvé, cuando muestre mi gloria sobre el faraón, sus carros y sus jinetes.
El faraón hizo llamar a Moisés y a Aarón y les dijo: "Esta vez he pecado; Yahvé es justo, y mi pueblo y yo somos culpables."
Hicieron volver a Moisés y a Aarón ante el faraón y éste les dijo: "Id a dar culto a Yahvé, vuestro Dios. Pero ¿quiénes van a ir?"
Yahvé hizo que se obstinara el faraón, rey de Egipto, y persiguiera a los israelitas, pero los israelitas salieron con gesto victorioso.
Entonces el faraón llamó a Abrán y le dijo: "¿Qué has hecho commigo? ¿Por qué dijiste: 'Es mi hermana', de manera que yo la tomé por mujer?"
Y añadió el faraón: "Ahora que son más numerosos que los nativos del país, ¿queréis que interrumpan sus trabajos?"
Los magos dijeron al faraón: "¡Es el dedo de Dios!" Pero el faraón continuó obstinado y no les hizo caso, como había dicho Yahvé.
El faraón llamó a Moisés y le dijo: "Id y dad culto a Yahvé; que se queden solamente vuestras ovejas y vuestras vacas. También vuestros niños podrán ir con vosotros."
Entonces el faraón ordenó a todo su pueblo: "A todo niño recién nacido arrojadlo al Río; pero a las niñas, dejadlas con vida."
Yahvé dijo a Moisés: "Todavía enviaré una plaga al faraón y a Egipto, tras lo cual os dejará partir, más aún, no sólo os dejará partir, sino que incluso os expulsará definitivamente de aquí."
Yahvé dijo a Moisés: "Preséntate al faraó y dile: Así dice Yahvé, el Dios de los hebreos: 'Deja salir a mi pueblo para que me dé culto.'"
El faraón mandó averiguar y, efectivamente, del ganado de Israel no había muerto ni una res. Sin embargo, el faraón se obstinó y no dejó salir al pueblo.
Tomaron, pues, hollín de horno y presentándose ante el faraón, Moisés lo echó al aire, produciendo en hombres y animales úlceras con secreción de pus.
Cuando el faraón se enteró de lo sucedido, buscó a Moisés para matarlo. Moisés huyó de la presencia del faraón, y se detuvo en el país de Madián, donde se sentó junto a un pozo.
Yahvé dijo a Moisés y a Aarón: "Tomad dos puñados llenos de hollín de horno. Moisés lo echará al aire, en presencia del faraón."
Y el faraón dijo a Moisés: "Lárgate y no vuelvas a presentarte ante mí, pues si te vuelvo a ver por aquí, morirás."
Después Moisés y Aaron se presentaron al faraón y le dijeron: "Así dice Yahvé, el Dios de Israel: Deja salir a mi pueblo para que celebre fiesta en mi honor en el desierto."
Moisés y Aarón realizaron todos estos prodigios ante el faraón; pero Yahvé hizo que el faraón se obstinara y no dejara salir de su país a los israelitas.
El faraón llamó a Moisés y a Aarón de noche y les dijo: Levantaos, salid de en medio de mi pueblo, tanto vosotros como los israelitas, e id a dar culto a Yahvé, como habéis dicho.
Yo haré que los egipcios se obstinen y entren detrás de vosotros y mostraré mi gloria sobre el faraón y todo su ejército, sus carros y sus jinetes.
Moisés y Aarón hicieron lo que Yahvé les había mandado: alzó el cayado y golpeó las aguas que hay en el Río en presencia del faraón y de sus servidores, y todas las aguas del Río se convirtieron en sangre.
Aquella noche se levantó el faraón, sus servidores y todos los egipcios, y hubo grandes alaridos en Egipto, porque no había casa donde no hubiese un muerto.
Yo haré que el faraón se obstine y os persiga; entonces manifestaré mi gloria sobre el faraón y sobre todo su ejército, y sabrán los egipcios que yo soy Yahvé.
Las aguas retornaron y cubrieron los carros, los jinetes y todo el ejército del faraón, que había entrado en el mar para perseguirlos; no escapó ni uno siquiera.
Moisés salió de la presencia del faraón y de la ciudad, extendió las manos hacia Yahvé y cesaron los truenos y granizos, y no cayó más lluvia sobre la tierra.
Moisés y Aarón se presentaron ante el faraón y le dijeron: "Así dice Yahvé, el Dios de los hebreos: ¿Hasta cuándo te resistirás a humillarte ante mí? Deja salir a mi pueblo para que me dé culto."
Yahvé dijo a Moisés: "Levántate de madrugada mañana, preséntate al faraón y dile: Así dice Yahvé, el Dios de los hebreos: 'Deja salir a mi pueblo para que me dé culto.'"
El faraón llamó a Moisés y a Aarón y les dijo: "Pedid a Yahvé que aparte las ranas de mí y de mi pueblo, y yo dejaré salir al pueblo para que ofrezca sacrificios a Yahvé."
Yahvé dijo a Moisés: "Levántate pronto mañana, preséntate al faraón cuando vaya hacia el río y dile: Así dice Yahvé: 'Deja salir a mi pueblo, para que me dé culto.'"
Yahvé respondió a Moisés: "Ahora verás lo que voy a hacer con el faraón; cuando sienta una mano férrea los dejará partir, los expulsará de su país."
Cuando los caballos del faraón, con sus carros y sus jinetes, entraron en el mar, Yahvé hizo que las aguas del mar volvieran sobre ellos; en cambio, los israelitas pasaron en seco por medio del mar.
Yahvé dijo a Moisés: "Cuando vuelvas a Egipto, harás delante del faraón todos los prodigios que yo he puesto en tu mano. Yo endureceré su corazón, y no dejará salir al pueblo."
Así lo hizo Yahvé. Un enjambre enorme de tábanos vino sobre la casa del faraón y las casas de sus siervos y sobre el país de Egipto; los tábanos devastaron todo el país.
"Entonces vendrán a mí todos estos siervos tuyos y, postrados ante mí, me suplicarán: Sal con todo el pueblo que te sigue. Entonces, saldré." Y, ardiendo en cólera, salió de la presencia del faraón.
Salieron los capataces y los inspectores y dijeron al pueblo: "Así dice el faraón: No os daré ya más paja; id vosotros mismos a recogerla donde podáis; pero no disminuirá en nada vuestra tarea."
A su vez, el faraón llamó a sus sabios y hechiceros, y los magos de Egipto hicieron lo mismo con sus encantamientos. Cada cual tiró su bastón y se convirtieron en serpientes; pero el cayado de Aarón devoró los otros cayados.
A media noche, Yahvé hirió a todos los primogénitos del país de Egipto, desde el primogénito del faraón, que se sienta en el trono, hasta el primogénito del preso, que está en la cárcel, y todos los primogénitos de los animales.
Y entraron en la tienda. Moisés contó a su suegro todo lo que Yahvé había hecho al faraón y a los egipcios, en favor de Israel, y todas las dificultades encontradas en el camino, y cómo Yahvé les había librado de ellos.
Entonces Moisés se volvió a Yahvé y le dijo: "Señor, ¿por qué maltratas a este pueblo?, ¿por qué me has enviado? Desde que fui al faraón para hablarle en tu nombre está maltratando a este pueblo, y tú no haces nada por librarlo."
El faraón se apresuró a llamar a Moisés y a Aarón, y dijo: "He pecado contra Yahvé, vuestro Dios, y contra vosotros. Perdonad mi pecado por esta vez y rogad a Yahvé, vuestro Dios, que aparte de mí esta plaga mortífera."
Moisés respondió: "En cuanto yo salga de aquí, rogaré a Yahvé, y mañana los tábanos se alejarán del faraón, de sus siervos y de su pueblo; pero que el faraón deje de una vez de engañarnos, impidiendo al pueblo salir a ofrecer sacrificios a Yahvé."
Moisés respondió al faraón: "Dígnate indicarme cuándo he de rogar por ti, por tus siervos y por tu pueblo, para que aparte de ti y de tus casas las ranas, y se queden sólo en el Río."
Moisés salió de la presencia del faraón y rogó a Yahvé. Yahvé cambió la dirección del viento, que sopló con toda fuerza del este y se llevó la langosta y la arrojó al mar de Suf. No quedó ni una langosta en todo el territorio de Egipto.
Ellos lo hicieron así. Cuando anunciaron al rey de Egipto que el pueblo había huído, el faraón y sus servidores cambiaron de parecer sobre el pueblo y dijeron: "¿Qué es lo que hemos hecho? Hemos dejado marchar a Israel de nuestra servidumbre."
Cuando el faraón vio que había cesado la lluvia, el granizo y los truenos, él y sus siervos se obstinaron de nuevo. Se obstinó, pues, el faraón y no dejó salir a los israelitas como Yahvé había dicho por boca de Moisés.
"Llenarán tus casas, las casas de tus siervos y todas las casas de Egipto. Ni tus padres ni tus abuelos vieron nunca una cosa así desde que habitan en la tierra hoy." Moisés se retiró y salió de la presencia del faraón.
Moisés dijo: "Así dice Yahvé: A media noche yo pasaré por en medio de Egipto. Morirán en el país de Egipto todos los primogénitos: desde el primogénito del faraón, que se sienta en su trono, hasta el primogénito de la esclava, que se ocupa del molino, y todos los primogénitos del ganado."
Pasaron siete días desde que Yahvé golpeó el Río. Yahvé dijo a Moisés: "Preséntate al faraón y dile: Así dice Yahvé: 'Deja salir a mi pueblo para que me dé culto.' Si te niegas a dejarlo salir, infestaré de ranas todo tu país."
Él les dijo: "¡Que Yahvé esté con vosotros lo mismo que yo voy a dejaros salir con vuestros pequeños! A la vista están vuestras malas intenciones. No lo permitiré; salid si queréis los varones solos y dad culto a Yahvé, pues eso es lo que buscabais." Y los echaron de la presencia del faraón.
Jetró, suegro de Moisés, tomó a Séfora, mujer de Moisés, a la que Moisés había despedido, y a sus hijos: uno se llamaba Guersón (pues Moisés dijo: "Forastero soy en tierra extraña") y el otro se llamaba Eliezer (pues dijo Moisés: "El Dios de mi padre es mi protector y me ha librado de la espada del faraón").
Al acercarse el faraón, los israelitas alzaron sus ojos, y viendo que los egipcios marchaban tras ellos, temieron mucho los israelitas y clamaron a Yahvé. Y dijeron a Moisés: ¿Acaso no había sepulturas en Egipto para que nos hayas traído a morir en el desierto? ¿Qué has hecho con nosotros sacándonos de Egipto?
Yahvé dijo a Moisés: "Preséntate al faraón, porque yo le he hecho obcecarse a él y a sus siervos, para realizar mis signos en medio de ellos; y para que puedas contar a tu hijo y a tu nieto cómo manejé a Egipto y los signos que realicé en medio de ellos. Así sabréis que yo soy Yahvé."
Cuando el faraón dejó salir al pueblo, Dios no los llevó por el camino del país de los filisteos, aunque era más corto; pues dijo: "No sea que, al verse atacado, el pueblo se arrepienta y se vuelva a Egipto." Dios hizo rodear al pueblo por el camino del desierto del mar de Suf. Los israelitas salieron bien equipados del país de Egipto.
Y cuando el día de mañana te pregunte tu hijo: "¿Qué significa esto?", le dirás: "Con mano fuerte nos sacó Yahvé de Egipto, de la esclavitud. Como el faraón se obstinó en no dejarnos salir, Yahvé mató a todos los primogénitos en el país de Egipto, desde el primogénito del hombre hasta el primogénito del ganado. Por eso yo sacrifico a Yahvé todo primogénito macho del ganado y rescato todo primogénito de mis hijos."