Examples of using "Egito" in a sentence and their spanish translations:
- Yo soy de Egipto.
- Vengo de Egipto.
Vengo de Egipto.
Soy de Egipto.
¿Qué lengua se habla en Egipto?
¿Qué lengua se habla en Egipto?
- Yo soy de Egipto.
- Soy de Egipto.
Sami nació en Egipto.
Realmente quiero ir a Egipto.
Del templo del sol en Egipto
Quiero visitar Egipto algún día.
Voy a Egipto por dos meses.
papel crucial en el glorioso pasado de Egipto.
Me gustaría visitar Egipto algún día.
Pocos meses más tarde, Israel invadió Egipto.
Los gatos eran animales sagrados en el antiguo Egipto.
Mi primo es de Egipto. Él es egipcio.
Los escribas eran una orden en el Antiguo Egipto.
Me gustaría ir a Egipto algún día.
La nueva constitución no resolverá los problemas de Egipto.
Las pirámides de Egipto son una de las siete maravillas del mundo.
Las inundaciones periódicas del Nilo son muy importantes para Egipto.
La estancia de los israelitas en Egipto duró cuatrocientos treinta años.
Ese tipo de templo influenció todo el Medio Este, principalmente Egipto.
Hay una pirámide en México más grande que cualquiera de las de Egipto.
Efectivamente, cuando Abrán entró en Egipto, vieron los egipcios que la mujer era muy hermosa.
Moisés y Aaron fueron y reunieron a todos los ancianos de los israelitas.
Al finalizar la guerra, Israel controlaba todo el territorio, excepto Gaza,
Los descendientes de Jacob eran setenta personas. José estaba ya en Egipto.
"Ahora, pues, ve: yo te envío al faraón para que saques a mi pueblo, los israelitas, de Egipto."
Extendió Moisés su mano hacia el cielo y unas densas tinieblas cubrieron durante tres días el país de Egipto.
El pueblo se dispersó por el país de Egipto para recoger paja.
Pero los magos hicieron lo mismo con sus encantamientos; hicieron saltar las ranas sobre el país de Egipto.
Al tercer mes de la salida del país de Egipto, ese mismo día, los israelitas llegaron al desierto de Sinaí.
"Ya sé que el rey de Egipto no os dejará ir, a no ser forzado por una mano poderosa."
Durante el viaje, en un albergue, Yahvé le salió al encuentro e intentó darle muerte.
Entonces llamó el faraón a Moisés y a Aarón y les dijo: "Id y ofreced sacrificios a vuestro Dios en este país."
"Y habrá en el país de Egipto alaridos tales cual nunca los ha habido ni los habrá."
El mismo día que se cumplían los cuatrocientos treinta años, salieron del país de Egipto todos los ejércitos de Yahvé.
Hubo hambre en el país, y Abrán bajó a Egipto a pasar allí una temporada, pues el hambre abrumaba el país.
Pero las comadronas temían a Dios, y no hicieron lo que les había mandado el rey de Egipto, sino que dejaban con vida a los niños.
Aarón extendió su mano sobre las aguas de Egipto; saltaron las ranas y cubrieron el país de Egipto.
Ese día explicarás a tu hijo: Esto es por lo que Yahvé hizo por mí cuando salí de Egipto.
Dios pronunció estas palabras: Yo soy Yahvé, tu Dios, que te he sacado del país de Egipto, del lugar de esclavitud.
Moisés dijo a Dios: "¿Quién soy yo para ir al faraón y sacar de Egipto a los israelitas?"
El rey de Egipto les replicó: "Moisés y Aarón, ¿por qué queréis apartar al pueblo de sus trabajos? Volved a vuestros trabajos."
Yahvé dijo a Moisés: "El faraón no os hará caso, para que se multipliquen mis prodigios en el país de Egipto."
Cuando el faraón dejó salir al pueblo, Dios no los llevó por el camino del país de los filisteos, aunque era más corto; pues dijo: "No sea que, al verse atacado, el pueblo se arrepienta y se vuelva a Egipto." Dios hizo rodear al pueblo por el camino del desierto del mar de Suf. Los israelitas salieron bien equipados del país de Egipto.
El rey de Egipto llamó a las comadronas y les dijo: "¿Por qué habéis hecho esto y dejáis con vida a los niños?"
El granizo y los rayos mezclados con el granizo fueron tan fuertes que nunca se había visto una cosa semejante en el país de Egipto desde que comenzó a ser nación.
Yahvé dijo a Moisés y a Aarón en el país de Egipto: "Este mes será para vosotros el primero de los meses; será para vosotros el primer mes del año."
Moisés y Aarón dijeron a todos los israelitas: Esta tarde sabréis que es Yahvé quien os ha sacado del país de Egipto; y mañana veréis la gloria de Yahvé.
Moisés extendió su cayado sobre el país de Egipto y Yahvé hizo soplar el viento del este sobre el país todo aquel día y toda la noche. Y cuando amaneció, el viento del este había traído la langosta. La langosta invadió todo el país de Egipto y se posó en todo el territorio egipcio; una nube de langostas como no la había habido hasta entonces ni la habría después.
Durante este largo período murió el rey de Egipto. Como los israelitas gemían y se quejaban de su servidumbre, el clamor de su servidumbre subió a Dios.
"Pero yo extenderé mi mano y heriré a Egipto con toda suerte de prodigios, que obraré en medio de ellos, y entonces os dejará salir."
Moisés tomó a su mujer y a su hijo, los montó en el asno y volvió al país de Egipto. Moisés tomó también el cayado de Dios en su mano.
Yahvé hizo que se obstinara el faraón, rey de Egipto, y persiguiera a los israelitas, pero los israelitas salieron con gesto victorioso.
Dios le respondió: "Yo estaré contigo y ésta será la señal de que yo te envío: Cuando hayas sacado al pueblo de Egipto daréis culto a Dios en este monte."
Moisés regresó a casa de su suegro Jetró y le dijo: "Permíteme volver a mis hermanos de Egipto para ver si aún viven." Jetró respondió a Moisés: "Vete en paz."
Moisés contó a Aarón todo lo que Yahvé le había encomendado y todos los prodigios que le había mandado hacer.
El granizo devastó cuanto había en el campo – hombres y animales – en todo el país de Egipto. El granizo machacó también toda la hierba del campo y tronchó todos los árboles del campo.
Yahvé dijo a Moisés: "Extiende tu mano hacia el cielo y aparezcan sobre el país de Egipto tinieblas, tinieblas densas."
Yahvé le dijo: "He visto la aflicción de mi pueblo en Egipto, he escuchado el clamor ante sus opresores."
Yahvé dijo a Moisés: "Di a Aarón: Extiende tu cayado y golpea el polvo de la tierra, que se convertirá en mosquitos por todo el país de Egipto."
Moisés extendió su cayado hacia el cielo, y Yahvé lanzó truenos, granizo y rayos a la tierra. Yahvé desencadenó una lluvia de granizo sobre el país de Egipto.
Los peces del Río murieron, el Río quedó apestado y los egipcios no podían beber el agua del Río; hubo sangre en todo el país de Egipto.
Yahvé hizo que el pueblo se ganase el favor de los egipcios. Moisés gozaba de gran consideración en el país de Egipto a los ojos de los servidores del faraón y a los ojos del pueblo.
Todos los israelitas obraron así. Hicieron exactamente lo que Yahvé mandó a Moisés y a Aarón. Aquel mismo día, Yahvé sacó del país de Egipto a los israelitas, por escuadrones.
Esto será como señal en tu brazo y como recordatorio en tu frente; porque con mano fuerte nos sacó Yahvé de Egipto.
Toda la comunidad de los israelitas partió de Elín y llegó al desierto de Sin, entre Elín y el Sinaí, el día quince del segundo mes después de su salida del país de Egipto.
Yahvé dijo a Moisés en Madián: "Anda, vuelve a Egipto, pues han muerto todos los que te buscaban para matarte."
Pero los magos de Egipto hicieron lo mismo con sus encantamientos, y el corazón del faraón se obstinó y no les hizo caso, tal como había dicho Yahvé.
Jetró, sacerdote de Madián, suegro de Moisés, se enteró de todo lo que había hecho Dios en favor de Moisés y de Israel, su pueblo, y cómo Yahvé había sacado a Israel de Egipto.
"Y se convertirá en polvo fino sobre todo el país de Egipto, y originará, en hombres y ganados, úlceras que segregan pus por todo el país de Egipto."
¿No te dijimos en Egipto: Déjanos en paz, serviremos a los egipcios, pues más nos vale servir a los egipcios que morir en el desierto?
Aquella noche, Yahvé veló para sacarlos del país de Egipto. Y esa noche los israelitas velarán en honor de Yahvé, de generación en generación.
Pero el pueblo, sediento, murmuraba de Moisés: ¿Por qué nos has sacado de Egipto para matarnos de sed a nosotros, a nuestros hijos y a nuestros ganados?
Yahvé dijo a Moisés: "Extiende tu mano sobre el país de Egipto para que venga la langosta; que invada el país de Egipto y devore toda la hierba del país y cuanto quedó del granizo."
Esa noche yo pasaré por el país de Egipto y mataré a todos los primogénitos del país de Egipto, de los hombres y de los animales, y haré justicia con todos los dioses de Egipto. Yo, Yahvé.
Así lo hicieron: Aarón extendió su mano con el cayado y golpeó el polvo de la tierra; y aparecieron mosquitos sobre los hombres e sobre los ganados. Todo el polvo de la tierra se convirtió en mosquitos sobre todo el país de Egipto.
"Puesto que aún te resistes a dejar partir a mi pueblo, mañana, a esta hora, haré caer una granizada tan fuerte como no la ha habido en Egipto dede su fundación hasta hoy."
La sangre os servirá de señal en las casas donde estéis. Cuando yo vea la sangre, pasaré de largo; y no os afetará la plaga exterminadora, cuando yo hiera al país de Egipto.
Guardaréis la fiesta de los Ázimos, porque ese mismo día saqué yo vuestros ejércitos del país de Egipto. Guardad ese día, de generación en generación, como ley perpetua.
Yahvé dijo a Moisés: "Di a Aarón: Extiende tu mano con tu cayado sobre los canales, sobre los ríos y sobre las lagunas, y haz saltar las ranas por todo el país de Egipto."
Así lo hizo Yahvé. Un enjambre enorme de tábanos vino sobre la casa del faraón y las casas de sus siervos y sobre el país de Egipto; los tábanos devastaron todo el país.
Y Moisés dijo al pueblo: Recuerda este día en que salisteis de Egipto, de la esclavitud, pues con mano fuerte os sacó Yahvé de aquí; y no comáis pan fermentado.
Moisés dijo: Esto es lo que ha mandado Yahvé: Llenad un ómer de ello y conservadlo, pra que vuestros descendientes vean el pan con que os alimenté en el desierto cuando os saqué del país de Egipto.
Y cuando el día de mañana te pregunte tu hijo: "¿Qué significa esto?", le dirás: "Con mano fuerte nos sacó Yahvé de Egipto, de la esclavitud. Como el faraón se obstinó en no dejarnos salir, Yahvé mató a todos los primogénitos en el país de Egipto, desde el primogénito del hombre hasta el primogénito del ganado. Por eso yo sacrifico a Yahvé todo primogénito macho del ganado y rescato todo primogénito de mis hijos."
Estos son los nombres de los israelitas que fueron a Egipto con Jacob, cada uno con su familia: Rubén, Simeón, Leví, Judá, Isacar, Zabulón, Benjamín, Dan, Neftalí, Gad y Aser.
Yahvé dijo a Moisés: "Extiende tu mano hacia el cielo, y caerá granizo en todo el país de Egipto, sobre los hombres, los ganados y sobre toda la hierba del campo en el país de Egipto."
Decían: ¡Ojalá hubiéramos muerto a manos de Yahvé en el país de Egipto cuando nos sentábamos junto a la olla de carne y comíamos pan hasta hartarnos! Nos habéis traído a este desierto para matar de hambre a toda esta asamblea.
Y cuando vuestros hijos os pregunten: "¿Qué significa este rito para vosotros?", responderéis: "Es el sacrificio de la Pascua de Yahvé, que pasó de largo por las casas de los israelitas en Egipto hiriendo a los egipcios y preservando nuestras casas." Entonces el pueblo se inclinó y se postró.
Los siervos del faraón le dijeron: "¿Hasta cuándo nos tenderá ése un lazo a nosotros? Deja salir a esa gente y que dé culto a Yahvé, su Dios. ¿Aún no te das cuenta de que Egipto se está arruinando?".
Estando ya próximo a entrar en Egipto, dijo a su mujer Saray: "Mira, yo sé que eres mujer hermosa. En cuanto te vean los egipcios, dirán: 'Es su mujer', y me matarán a mí, y a ti dejarán viva."
Además, el rey de Egipto dijo a las parteras de las hebreas, una de las cuales se llamaba Sifrá, y la otra Puá: "Cuando asistáis a las hebreas, fijaos bien: si es niño, matadlo; si es niña, que viva."